Sindicatos en primera línea: lecciones de la pandemia

Nuestro investigador posdoctoral, Alejandro Castillo Larraín es doctor en Business and Management por la University of Manchester. Su investigación explora los impactos del cambio tecnológico en el sector retail chileno, con foco en relaciones laborales, regulación y organización del trabajo. Ha colaborado con organismos internacionales como la OIT, el PNUD y la CEPAL.

¿Qué rol jugaron los sindicatos y la negociación colectiva en proteger a quienes estuvieron en la primera línea durante el COVID-19? Esta fue la pregunta que guió el estudio reciente de Alejandro Castillo, investigador posdoctoral del Núcleo Milenio sobre la Evolución del Trabajo (MNEW) y del PEPET de la UDP, publicado en la International Labour Review.

El trabajo comparó 12 estudios de caso en 10 países, abarcando tres sectores clave: salud, cuidado social y comercio de alimentos. Estos grupos de trabajadores –enfermeras, cuidadores y asistentes de supermercado– fueron esenciales para sostener la vida cotidiana en el momento más crítico de la pandemia, pero también enfrentaron mayores riesgos de contagio, largas jornadas y condiciones de trabajo precarias.

Los resultados muestran que, tanto en países con estructuras de negociación colectiva consolidadas como en contextos con escasa tradición sindical, los foros de diálogo social y las instancias de negociación colectiva —existentes o creados durante la emergencia— fueron cruciales para que los trabajadores pudieran expresar su voz sobre cómo manejar la crisis. Gracias a estas instancias, se negociaron medidas sobre seguridad sanitaria, licencias por enfermedad, protección para quienes cuidaban a sus hijos y acceso a equipos de protección personal.

El estudio también documenta que los sindicatos apoyaron de manera especial a los grupos más marginados –como trabajadores del cuidado social y del retail– mediante campañas públicas, huelgas, acciones legales y nuevas formas de diálogo social. Sin embargo, muchas de estas iniciativas dependieron del respaldo del Estado. Allí donde los gobiernos fueron aliados, se lograron avances más sostenidos; en contextos de austeridad o políticas hostiles, los logros fueron limitados o temporales.

Para Alejandro, estos hallazgos abren un debate más amplio:

“La pandemia puso a prueba a las instituciones laborales. Vimos que los sindicatos no solo negociaron salarios, sino que también ampliaron su rol hacia la defensa de la salud, la equidad y la dignidad de los trabajadores esenciales. Pero para que esa protección sea duradera, es clave fortalecer la interacción entre las iniciativas sindicales y el papel del Estado”.

En un mundo donde las crisis sanitarias, económicas o climáticas pueden volver a poner bajo presión a los mercados laborales, este estudio subraya la importancia de construir sistemas de diálogo social inclusivos y resilientes. El futuro del trabajo depende, en gran medida, de cómo sociedades y gobiernos reconozcan el valor de quienes sostienen lo esencial.

Revisa el estudio aquí.

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